viernes, 22 de agosto de 2014

Las leguminosas como árboles de sacrificio

Entrar en el mundo de la permacultura ha abierto puertas y ventanas en mi sistema de creencias. Pero ha sido en este año cuando he oído por primera vez algo que me sorprendió mucho: la agricultura destruye la fertilidad del suelo. Los que vivimos en la ciudad y añoramos la Naturaleza tenemos esa idea bucólica del agricultor como cuidador de la tierra, una especie de chamán conocedor de los ciclos naturales, que intuye si va a llover o no por el olor de las nubes y come todos los días unos tomates y unos huevos exquisitos. Otro nivel, vamos.

Pero esta nueva idea se ha filtrado en mí con un argumento sencillo y bien a la vista: la primera cosecha después de tener una tierra en barbecho durante años suele ser excelente, pero cosecha tras cosecha la fertilidad del suelo se va agotando y al final, si no añades estiércol o algún tipo de fertilizante, no habrá mucho que recoger. Esto lo supo el primer hombre del Neolítico que se asentó y se puso a la faena de labrar siempre el mismo pedazo de tierra y es tan evidente que me sorprende que nadie le haya echado una pensada a cómo cultivar alimentos sin perjudicar la fertilidad del suelo hasta el siglo XX con la llegada de la permacultura. O tal vez sí, pero se quedó en el camino como tantas cosas.





Para evitar esa pérdida paulatina de fertilidad desde la primera cosecha, la agricultura ha utilizado el barbecho y las rotaciones desde antiguo, y por supuesto, el abonado con estiércol. En la agricultura moderna, basada en el petróleo, donde los animales de trabajo han sido sustituidos por potentes tractores que en vez de estiércol el único desecho que dejan son humos, aceites negros, líquido de frenos y al final de sus días chatarra y plástico, la fertilización es química y les cuesta mucho dinero y dependencia de las multinacionales a los agricultores. Y como subproducto de todo esto está la gran cantidad de fosfatos, sulfatos y nitratos que son lanzados a los campos y que acaban siendo arrastrados por las lluvias a los acuíferos, a los ríos, al mar... En el pueblo de mi padre en la provincia de Palencia, comprobaron hace unos 20 años la potabilidad de las 3 fuentes que allí hay y ya sólo se puede beber de una, las demás están contaminadas. Ese es uno de los efectos de 60 años de agricultura extensiva.

En el pasado siglo Bill Mollison y sus compinches le dieron una vuelta a los usos y costumbres agrícolas y los compararon con los procesos naturales. Siempre que haya agua y se la deje tranquila, la Naturaleza dispone de medios para crear fertilidad, ¿por qué no copiarlos? ¿qué es lo que ocurre en el suelo para que se regenere pasado un tiempo suficiente?

No es ni mucho menos la única pero una de las claves de la fertilización del suelo que encontraron son las leguminosas. Todas las plantas de la familia de las leguminosas son fijadoras del abundante nitrógeno atmósférico: se asocian mediante simbiosis con unas bacterias que guardan nitrógeno en sus raíces a través de unos nódulos, enriqueciendo de nitrógeno el suelo circundante.


Representación esquemática del ciclo del nitrógeno

La verdad es que la propuesta de Geoff Lawton me sorprendió: él recomienda al principio plantar un 70 % de árboles y arbustos de la familia de las leguminosas, aunque sus frutos u hojas no sean comestibles, frente a un 30 % de árboles y arbustos comestibles que son los que prevalecerán finalmente en el bosque de alimentos. Mientras que a las demás plantas comestibles se las deja crecer, a las leguminosas se las sacrifica con fuertes podas. No se las mata pero no se las deja crecer. Y aquí viene el famoso "chop & drop" (algo así como cortar y dejar caer) del que si estáis buscando información sobre permacultura, ya habréis oído hablar. Los restos de las podas que sufren las leguminosas plantadas en nuestro bosque de alimentos, no se retiran sino que se dejan en ese mismo suelo donde antes de levantaban orgullosas... y con esto se consiguen dos cosas: dar comida a las bacterias y hongos descomponedores de todo tipo que pueda haber en el subsuelo, que se encargarán de transformar esas hojas y ramas en humus, y además, al no necesitarlo la planta podada, sus raíces sueltan el nitrógeno guardado por las bacterias fijadoras con las que trabajan asociadas las leguminosas.

La lista de leguminosas es enorme y la verdad es que estoy algo perdida. De momento, tengo localizadas  y a mano tres especies: Calicotome spinosa (aulaga), Robinia pseudoacacia (acacia) y Acacia dealbata (mimosa)


Vainas de acacia

La aulaga crece abundantemente en la zona y ya he cogido unas cuantas lentejitas para hacer un semillero. Cuando las recogía, me preguntaba si se podría hacer un potaje de lentejas con las semillas de la aulaga porque son algo más pequeñas pero tal cual la misma forma y color.


¿Se podrá hacer un potaje con las lentejas de aulaga?


De la acacia y de la mimosa también voy a preparar sendos semilleros pero me da un poco de miedo porque en la zona de Bilbao la acacia es una plaga, allí donde llega, empieza a tirar alubias que tienen una gran capacidad de germinación y en unos años se han hecho con el lugar. Supongo que la clave es no dejar que florezcan, como se hace con el abono verde y en el momento de la floración aplicar fuertes podas. Espero no equivocarme... alguna vez he peleado con las raíces de una acacia y no gané.... ¡A ver si en vez de un bosque de alimentos  voy a crear un bosquete de acacias!


Vainas secas con semillas de mimosa
Actualización 20/10/2014 - Lista de leguminosas silvestres ibéricas

viernes, 8 de agosto de 2014

Seguimiento: 01/08/2014

He podido pasar una larga semana en el pueblo y he estado muy ocupada, ¡siempre hay tantas cosas que hacer!. Pero tocar la tierra me hace muy feliz y he podido ver los progresos de las primeras plantaciones de este año: los garbanzos y los tomates.

Al poner el acolchado planté un montón de garbanzos en el primer caballón y cuando digo un montón, estoy hablando de un kilo. Puse muchos en dos veces pero algún ratoncillo listo se ha debido poner las botas, porque sólo hay unas quince matitas pero bien repletas eso sí. Para otro año tendré que rociar los garbanzos con un macerado de ajo y cayena para hacerlos menos deliciosos y conseguir alguna mata más.


Me ayudé con una barra para atravesar el acolchado y los cartones y en cada agujero deposité 3 garbanzos


Garbanzo naciendo


Comparando con otros garbanzos que hay plantados por el pueblo estas matas están hermosas y cargadas


Pero son pocas....

Los tomates no se han muerto y juro y perjuro que no tienen ningún riego de apoyo, pero aunque alguna tomatera está guapita y echando flores, el retraso que llevan es muy grande, y teniendo en cuenta que en septiembre pueden empezar a caer las heladas aquí y no ha aparecido ningún tomatito, no sé si voy a poder conseguir alguna semilla para el año que viene. Tal vez habría que plantarlas antes y ayudarlas con mini-invernaderos individuales hechos con botellas de agua de 5 litros, que se retirarían cuando la plantita ya empieza a crecer y así al llegar las buenas temperaturas ya podría grande para empezar antes la floración. Tampoco han tenido ningún cortavientos que espero que el año que viene pueda colocar con lo que tendrán mejores condiciones para crecer.


Seguro que el tomate se aprovecha del aporte de nitrógeno del garbanzo

El tomate y el garbanzo no es una asociación que se vea mucho, sobre todo porque el garbanzo está catalogado como secano y el tomate de regadío. Pero con la ayuda de los cartones y el acolchado puede que vayan bien. De hecho, las pocas hierbas que han consegido atravesar esa capa (sobre todo a través de los agujeros hechos para los garbanzos), cuando han sido arrancadas, al tocar su raiz se sentía humedad.

En el segundo caballón planté melones y sandías. De eso sí que no hay nada, ahora ya estoy convencida que sin riego de apoyo es una locura plantar estas plantas. Además, dicen que en este clima no llegan a endulzar del todo, necesitan más calor, pero quiero probar de todo, como si fuera nueva, jejeje.


En este caballón  no hay nada. Los melones y las sandías se secaron. ¿Podéis apreciar el nidito de paja?

Y de nuevo la constatación de que el hortelano propone pero la Naturaleza... hace lo que se le pone. En este post os hablaba de dónde planeaba colocar los árboles de cubierta. Sin embargo, ha salido un nogal por si mismo, donde posiblemente iba a ir la morera. Una máxima es hacerle caso a la Naturaleza... al menos en algo, y si ese nogal ha querido salir ahí, pues para qué le vamos a cambiar de sitio. Con la hierba proveniente del corte, le he hecho un pequeño nido, para protegerlo del sol y le he echado un poco de agua para ayudarle. Aunque tiene mucha pinta de querer tirar por si mismo.

Debo de tener a un pájaro ladrón trabajando para el bosque de alimentos

Y en otro lugar que aun no os he presentado, me salieron unas patatas asilvestradas, provenientes de alguna patata no recogida de años anteriores. En un bosque comestible se ha de promover la autosiembra de las especies buscadas, al no ararse la tierra y estar intentando crear una copia de los procesos naturales; los que hemos cultivado alguna vez y hemos apreciado el proceso de la autosiembra, sabemos que la planta que sale sola es la más fuerte. 

En esta entrada del El vergel permanente explica la búsqueda de la autosiembra en el caso de las patatas y de lo dificil que es, ya que la patata lleva siglos siendo propagada desde el tubérculo y se ha hecho vaga. Muchos hemos apreciado que la patata da flor pero que ésta se cae al pasar unos días sin dar fruto. Bueno, pues le pase un pincelito a las flores y parece que se han animado. Son éxitos tontos pero me llenan de alegría.

Estas patatas sí tienen vida sexual...


Y ya para acabar os cuento que se han recogido desde abril unos 100 litros de agua y teniendo en cuenta que esta primavera ha sido algo seca, no está mal, tampoco bien, pero habrá que ver las precipitaciones de todo un año. Pero me di el gustazo de abrir el grifo...

En un día caluroso de agosto es como un milagro oir el agua correr